Amada hija,
Mientras me siento para escribir estas líneas para ti, una lágrima comienza a correr por mi mejilla, tú allá, en tierras lejanas, yo aquí, en el mismo lugar donde te vi nacer, pero nos une el mismo amor, el mismo corazón.
Desde tu partida, los días han perdido su luz, las flores se han secado y las mariposas agonizantes, baten sus alas sobre la tierra seca, en el que fue una vez, el jardín donde corrieron descalzos nuestros pies, la sombra del árbol ya no está, sus hojas se han caído de tristeza cuales lagrimas, los pájaros ya no cantan en este jardín estéril, donde las únicas gotas que la mojan, son mis amargas lagrimas, por no poder tenerte entre mis brazos.
¿Dónde estas trozo de mi vida, dónde te han llevado?. Cada noche, canto bajo el cielo estrellado, donde la fresca brisa seca mis lagrimas, y se lleva mis notas para arrullarte donde tu...