Tamaño de la letra Tamaño de la letra

Carta escrita por Loly García a Eva Ekvall


Carta escrita por Loly García a Eva Ekvall...


Querida Eva,


Te extrañará esta carta de una extraña. Una extraña que no lo es tanto, tal vez no mucho, tal vez poco extraña. Quiero tomarte  de la mano e invitarte a dar un paseo, un paseo por las nubes, como aquella película encantadora, llena de un sentimiento que sé -de  antemano conoces- porque ya he estado cerca de ti y en algo te conozco y, tu a mí.  Permíteme tu mano, viajaremos juntas por un momento, envueltas en estas letras que intentan llevarte al mundo de la causalidad y no de la casualidad.No te preocupes ahora por saber quien soy sino por qué estoy hoy aquí, contándote una historia que sentirás como tuya. Quiero invitarte a disfrutar de un mundo posible: el mundo perfecto de la fe y la perseverancia. No vengo a contarte nada que tú ya no sepas y sobre todo, vengo a recordarte que en este camino de la vida estamos de paso y es un regalo que jamás debemos perder de vista. En el preciso instante en que crees ser infinito, en ese matemático instante, la vida te envía su tarjeta de presentación sin filigranas ni adornos.


Creo que sabes que el mundo es un pañuelo unido por las cuatro puntas: Primer axioma a recordar. El mundo es una fuente infinita de sorpresas permanentes, una siempre más impactante que la otra: Segundo axioma de vida. La muerte es nuestra compañera de viaje: Tercer axioma. Sé que todo esto ya lo sabes. Pon estos axiomas en tu maleta de viaje, al lado del agradecimiento y  tus amores.


De mí, puedo contarte que sobrellevé un cáncer de mama en el momento menos inesperado de mi vida, en realidad nunca es esperado. En el soplo crucial en que necesitaba -desesperadamente- sacar adelante a mis hijos Manuel, adolescente con 16 años y Karem, que aun esperaba su desarrollo para ser mujer. Me diagnosticaron sin frenesí pero con mucho profesionalismo. Yo, Divorciada y batallando sola, no tenia descanso ni de noche ni de día. Así, de repente, en la antesala de una semana llena de reuniones y una agenda apretada, me vi forzada a frenar  de golpe, dejando la marca  en el asfalto de mi vida. Tu sabes sobre qué hablo, de ese momento en que un golpe certero te saca el aire del estomago.


Y fíjate amiga Eva, que esta carta no viene a llover sobre mojado. A estas alturas ya debes estar más que contenida entre todos los amores que sé...te acompañan en este desvío temporal del camino principal. Y he aquí lo que aprendí, que ciertamente uno cree haber trazado una línea recta para vivir la vida y no, no es así. No hay camino -Antonio Machado dixit- y ¡Mucho menos en línea recta! incontables son los senderos, algunos absolutamente soleados y otros, definitivamente sombríos. Se abren como amapolas ante nuestra incredulidad. Ingenuas, creyendo que alguien más tomó decisiones por nosotras, así,  de pronto, sin aviso ni protesto. Nos toma  conteniendo el aliento –y de repente- nos vemos caminando por algún desvió.


El camino no es sencillo, no vengo a dorarte la píldora. Al contrario, es sinuoso y todos los días que te falten por el “tratamiento científico” serán distintos. Unos malos, otros menos malos y seguramente muchos buenos, así, como un día cualquiera de la vida. Y sin embargo, los bendecirás, porque vienen a enseñarte una ventana para mirar la vida de un modo distinto. Tampoco  vale la pena que  te hagas preguntas,  tal vez no tengas respuestas y eso no jugará a tu favor. Ilústrate, sí, pero como parte de tu cultura general, así como vale mirar a Picasso o leer a Kafka. Nos tocó, así, sin que medien razones y hay que aceptar  para poder vencer. Hoy es tiempo de vivir, de hacer, de compartir, de deleitarse, de plantearse retos simples o complejos pero retos al fin, no obstante y  por sobre todo... de amar y dejarse amar. Sin duda, también es tiempo de llorar porque las heroínas, amiga Eva, ¡también lloramos!.


Haz todo lo que tus médicos digan, pero también hazle caso a tu corazón y  no dudes en caminar al filo de la fe y la esperanza. No reces porque hoy estés enferma, sino porque aun sin la enfermedad, en el fondo, somos seres  desvalidos, frágiles y finitos. Esa es la realidad. No te acerques a Dios para que alivie tu día, no hace falta, ya él está ahí o ¿Cómo crees que has llegado hasta aquí? Cultiva a todos tus amores, los que tienes visiblemente frente a tus ojos y, aquellos que están ocultos en personas que aun no has conocido. Disfruta de esa capacidad que nos da el sentirnos  indefensos, porque la humildad hace brotar las flores del bastón de muchos magos.


Aprendí que en este camino estamos solos. No sé si lo habrás experimentado. Todos los brazos y corazones ayudan, si, pero marchamos solos en una soledad necesaria, espartana, conociendo nuestro ego, podando algunas hojas ya marchitas que no habíamos notado y  ya es tiempo de cortar de raíz. Lejos y a la vez cerca va nuestra gente, ellos nos alimentan el alma  con su amor y la certidumbre de que vale la pena seguir. ¿Qué se nos doblan las rodillas?, ¡Sí!... ¡Y  a veces cuesta levantarse en la mañana! ¿y?, para eso  tenemos las alforjas llenas de afecto ¡Y hasta para más!...para las pruebas que nos ponga la vida, porque de eso estamos hechas Eva: … ¡De valor! y   ¡Sé que a ti te sobra!Muchas frases de vida me acompañan en esta andanza quijotesca que hoy cruzo, solo que  un poco más adelante que tú. Hoy comparto contigo dos que me han apuntalado el alma:


“Esto también pasará”


Así como pasaron los exámenes de matemáticas, que tanto miedo me causaban


“Lo único que poseemos es lo que nos llevaríamos en caso de un naufragio”


Kalil Gibran


No es más que esperanza con realidad metidas en esta licuadora llamada vida. Lo bueno, es que parte de los ingredientes los pone uno. No dejes de lado ninguno de los  extremos, vivir con un corazón ferviente y andar con los pies en tierra. No corras ni te llenes de obligaciones innecesarias, no te llenes con acciones para tapar el sol con un dedo, la realidad es esta y no una película de Hollywood. Haz las cosas que creas debes hacer, las que te colmen de infinito amor o  estén dedicadas a tu amada gente y por sobre todas las cosas, no dejes de hacer, experimentar ni probar...aun cuando ya estés curada. La lección consiste en aprender a vivir porque, aun viviendo sanas, coexistíamos como si estuviéramos enfermas. Algo de eso es el meollo de esta enfermedad.  Vendrá, tu cura vendrá, con la certeza que tengo de haberte conocido por un instante fugaz.Cuatro años después de aquel encuentro en absoluto fortuito, una linda foto y el recuerdo de tu gentileza al darme una dirección en Paris, la vida nos acerca una vez más por alguna razón. No podía ser de otra manera. Estoy convencida que, si vivimos en alerta, con el corazón prendido y las turbinas del alma conectadas al gran hacedor, sabremos que nada pasa por casualidad y nadie pasa por nuestro lado en vano. Por alguna razón, Dios nos pone siempre debajo del dintel de quien nos necesita.


Te voy develando poco a poco quien soy. Ya sabes que soy una heroína sobreviviente de cáncer de mama, igual que tú. Madre de unos hijos maravillosos que ya logré llevar a buen puerto, igual a como tú lo harás. Creo fervientemente en la misión de vida y en Dios, igual que tú. Agradecida y enmantillada, no por lo poco material que pueda haber acumulado, si no por los muchos amores que atesoro y cuentan conmigo, igual que tú. ¿Nos parecemos verdad?


Mi prima me pidió que escribiera una carta para ti sin ella saber que te conozco. Cuéntale tu experiencia de vida...escríbele bonito, como tú lo haces...” Dijo mi prima. Nunca mencionó tu nombre en la conversación y sin embargo yo ya estaba ganada a la idea de escribirte por el solo hecho de regalarte mi esperanza y mi fe. Y mira tú que, en el momento en que  Carolina me dijo que le escribiera a Eva Ekval, su amiga, el corazón me dio un vuelco porque -una vez más-  mi certeza de que el mundo es un pañuelo de cuatro puntas… ¡Se cumple! Mi familia cree que soy una gran escritora y ¡Yo me lo creo en el pequeño mundo de Los García! Sin embargo, una vez, hace cuatro años, fui la osada que se atrevió a concursar en Cartas de Amor de Mont Blanc y ganó. Esa señora que se paró en El Trasnocho,  temblando como una hoja y leyó una  carta dedicada a todos sus amores,...esa señora  -además de osada- ...estaba saliendo de un cáncer y hoy te dice: ¡Esto también pasará!...Amiga Eva.


Loly García





Publicado el 01/02/2010
Loly García
Gané el concurso Cartas de Amor en el año 2006 y Eva participó ese mismo año con una hermosa carta a su hermano. Para mi sorpresa, ella se me acercó espontáneamente, me felicitó y me escribió en un papelito la dirección de unos amigos de ella en Paris, por si yo no tenía a dónde llegar allá. Me robó el alma, ella no me conocía como para tomar ese riesgo y guardé ese gesto en mi corazón.