Be,
Ni idea como pasó… Apenas lo estoy creyendo, hoy pellizcado comprendo que todo ha sido real: el beso en el recital, el sí que tanto esperaba, la luna que se prestaba para declamar mis versos…
El fruto de mis esfuerzos finalmente lo alcancé y es que nunca me cansé de pretender tus afectos, a pesar de mis defectos, nunca jamás renuncié. Por el contrario, soñé, niña de Ciudad Bolívar, con saborear el almíbar de tu pasión infinita, de tu presencia bendita y tus labios nacarados, dulcitos, azucarados, como cristal de parchita. ¿Qué pasó mi muchachita? ¡Seguro ya tienes pena! Calma, tranquila, serena… ¡Que apenas voy comenzando! ¿No recuerdas que cantando fue que agité la colmena?
A ti, mi flor de azucena, a ti, mi lirio en botón, entregué mi corazón en una copla a capella… con mi recia cantilena, criolla como llanura, con matices...