A Paola Xiaolin

Querida Paola:

Quizás te extrañe mucho recibir esta carta de mi parte, pero es que tuve que dejar pasar el tiempo para hablarle a una jovencita y no a la niña que hace varios años aparté de mi vida.

En ese mundo tan complicado de los adultos y sus relaciones personales, es casi un crimen involucrar a un niño para explicarle algo que no está en capacidad de entender, al menos desde el punto de vista de las personas más grandes y supuestamente más inteligentes.

Aprovecho –ya que has crecido- para decirte que te quiero y siempre te quise con todo mi corazón. Te agradezco infinitamente la oportunidad “temporal” de presentarme como tu papá, aunque siendo sincero, me dediqué más a ser tu amigo para no sustituir el lugar de tu padre biológico. Pero los eventos, las rutinas, las necesarias del colegio, los dibujos, la televisión y las canciones en complicidad con tu mami, me dieron el lugar que desde el fondo de mi alma quería: ser tu verdadero papá.

Hoy día, a pesar de que entre tu madre y yo no existe una relación sentimental, sigo recordando cada vez con menos dolor el tiempo vivido cuando estábamos juntos; y por eso quiero agradecerte eternamente el que hayas sido Paola Xiaolín, que en nuestro lenguaje significó: Hija, mi hija.

También quiero decirte que aún recuerdo cuando casi todas las noches, te mandaba a cepillar los dientes. Ese será mi mayor legado. Quizás el haber sido tan fastidioso no me lo agradeces hoy, pero te aseguro que me recordarás cuando te veas al espejo y en tu cara esté dibujada una hermosa sonrisa con dientes sanos y fuertes :)

Bueno, me despido esta vez, para finalmente dejarte ir. Es hora de pasar la página y seguir adelante en este camino llamado vida. Ojalá nos veamos pronto, ojalá algún día leas esta carta, ojalá me perdones y me quieras tanto como yo a ti.

Que Dios te siga bendiciendo, Paola.

Quien un tiempo fue tu amigo y tu papá…

Alexis.