Nic,
Me urge confesarte cómo empezó toda esta locura.
Disculpa si me paso de rata algunas veces; tengo que decirte la verdad porque Te amo.
Todo comenzó un día que, cuando salía del gimnasio, me saludaste amablemente. No te recordaba, pero tu te adelantaste y te presentaste de nuevo, indicando que eras el mejor amigo del novio de Teté.
“Obeso y con nombre ´e pueblo” sentencié, cuando supe que volteabas al grito de NICASIO. Cero uno. Me pediste el celular, y te lo di para que mis amigas no dijeran que era una diva miserable. Pero, no sé cómo, abominablemente, desafiando toda lógica, me empezaron a gustar tus mensajitos.
“El gordito se está graduando en filosofía, se tripea el cine clásico norteamericano, disfruta comer en abundancia (engullir más bien). En fin, chama, nada que ver, sólo le escribo cuando estoy aburrida”.
Nada por qué preocuparse, hasta cuando uno comienza a aburrirse con mucha frecuencia.
Comenzó la tortura: me GUSTA el gordito. Las compañeras de Tae bo, escandalizadas, empezaron a elucubrar: que si brujería, burundanga, mal de ojo, depresión, marihuana, gripe aviar, terrorismo…
Pero unas amiguitas macabras entendieron la situación, y empezaron a decirme, cada vez que me veían: “la culpa es de la vaca”. Chamo, se pasaron…
Ok, ¿Puede haber algo peor a que me guste el gordito?
Sí, EMPATARME con el gordito.
Ahora sí que estaba en problemas…
Dada mi autoexclusión de la vida pavita, comenzamos a ir a la Cinemateca y otros sitios raros. No ha sido tan malo. En esta época de implantes y cirugías, he aprendido muchas cosas de tu cine viejo. Por ejemplo, Scarlett O´Hara, tremendo personaje, bien bonita. Pero le hace falta silicón. Digo yo.
Y cómo olvidar a la rubia natural (difíciles de encontrar), el amor en pantalla grande de Boggie. Ingrid Bergman. Cuando vi sonreír a ILSA Lund, me quedé estupefacta… ¡Chamo antes eran lindas de nacimiento!
De igual modo, ahora la filosofía también me parece apasionante. Por ejemplo, el chisme de Hannah Arendt y Heidegger es demasiado bueno: profesor-alumna, II Guerra Mundial, cartas de amor para toda la vida…(Aunque sean tus autores favoritos, tu gente profunda, te comento que la historia no es NADA que no puedas leer en Cosmopolitan).
Y, ojo, no creas que no he pillado que yo también he influido en lo que haces: ahora tomas Coca Cola Light. Sabas Nieves me ha contado que te ve a menudo. Y tu bro me dijo que las canillas se enfrían un poquito porque las llevas a la casa caminando.
Pero, tranqui, que así como tu me enseñas sobre Marx y Sartre, yo te asesoraré en estética. Eso sí, Nic, te advierto algo: estar buenota (e) es tan o más díficil que sacar una carrera universitaria.
Este cuerpito –aunque lo parezca- no es una donación del señor.
Por cierto, fue horrible cuando me explicaste que Jean Paul le dijo a Simone que el amor entre ambos era “necesario”, pero que no podían renunciar a amores “Contingentes”. O sea Nic, nada de libertades existenciales para nuestra relación…¡SUPER PROHIBIDO!
Ya lo sabes. Cuidadito con alguna filósofa cuatro ojos que quiera pasarse de intensa contigo, o una gótica mosquita muerta que venga a preguntarte qué opinas de Acorazado Potemkin…Mira que la federación de cuaimas del gym respondemos heavy ante cualquier movimiento suspicaz.
Y si me las tengo que llevar a todas al Ateneo, ME LAS LLEVO.
Ya lo imagino: “Niñitas, al ataque. Objetivo: Interceptar a la desarreglada licras fucsia, a la librería. Licras Salmón, inspección a la Anna Julia Rojas… No, no es una persona, muchachas, es el nombre”.
En fin,¿para qué pensar en estas cosas?
Mejor vamos a lo bonito. Te debo muchas gracias:
Tú me dices que tengo como talento para la cultura. A lo mejor me ves un día leyendo alguna cosa escrita por mí, en el Trasnocho. Y tú en el público, esférico y radiante como el sol, viendo como esa señorita que lidera todos los concursos de bailoterapia, también habla del amor y de la existencia. Contigo como permiso. Contigo como excusa.
Bueno, Capitán Planeta, nunca me despegues de tu órbita. Porque sé que nos vamos a comer el mundo juntos...
Dariela Sosa
Me urge confesarte cómo empezó toda esta locura.
Disculpa si me paso de rata algunas veces; tengo que decirte la verdad porque Te amo.
Todo comenzó un día que, cuando salía del gimnasio, me saludaste amablemente. No te recordaba, pero tu te adelantaste y te presentaste de nuevo, indicando que eras el mejor amigo del novio de Teté.
“Obeso y con nombre ´e pueblo” sentencié, cuando supe que volteabas al grito de NICASIO. Cero uno. Me pediste el celular, y te lo di para que mis amigas no dijeran que era una diva miserable. Pero, no sé cómo, abominablemente, desafiando toda lógica, me empezaron a gustar tus mensajitos.
“El gordito se está graduando en filosofía, se tripea el cine clásico norteamericano, disfruta comer en abundancia (engullir más bien). En fin, chama, nada que ver, sólo le escribo cuando estoy aburrida”.
Nada por qué preocuparse, hasta cuando uno comienza a aburrirse con mucha frecuencia.
Comenzó la tortura: me GUSTA el gordito. Las compañeras de Tae bo, escandalizadas, empezaron a elucubrar: que si brujería, burundanga, mal de ojo, depresión, marihuana, gripe aviar, terrorismo…
Pero unas amiguitas macabras entendieron la situación, y empezaron a decirme, cada vez que me veían: “la culpa es de la vaca”. Chamo, se pasaron…
Ok, ¿Puede haber algo peor a que me guste el gordito?
Sí, EMPATARME con el gordito.
Ahora sí que estaba en problemas…
- Kilos que superan los dos dígitos + yo misma = Suicidio Social Inminente ¿Solución? Hasta nunca, Las Mercedes.
- Nicasio: ese nombre espantoso que te puso tu mamá¿Solución? Ante la opinión pública, serás un gringuísimo “Nic\\\".
Dada mi autoexclusión de la vida pavita, comenzamos a ir a la Cinemateca y otros sitios raros. No ha sido tan malo. En esta época de implantes y cirugías, he aprendido muchas cosas de tu cine viejo. Por ejemplo, Scarlett O´Hara, tremendo personaje, bien bonita. Pero le hace falta silicón. Digo yo.
Y cómo olvidar a la rubia natural (difíciles de encontrar), el amor en pantalla grande de Boggie. Ingrid Bergman. Cuando vi sonreír a ILSA Lund, me quedé estupefacta… ¡Chamo antes eran lindas de nacimiento!
De igual modo, ahora la filosofía también me parece apasionante. Por ejemplo, el chisme de Hannah Arendt y Heidegger es demasiado bueno: profesor-alumna, II Guerra Mundial, cartas de amor para toda la vida…(Aunque sean tus autores favoritos, tu gente profunda, te comento que la historia no es NADA que no puedas leer en Cosmopolitan).
Y, ojo, no creas que no he pillado que yo también he influido en lo que haces: ahora tomas Coca Cola Light. Sabas Nieves me ha contado que te ve a menudo. Y tu bro me dijo que las canillas se enfrían un poquito porque las llevas a la casa caminando.
Pero, tranqui, que así como tu me enseñas sobre Marx y Sartre, yo te asesoraré en estética. Eso sí, Nic, te advierto algo: estar buenota (e) es tan o más díficil que sacar una carrera universitaria.
Este cuerpito –aunque lo parezca- no es una donación del señor.
Por cierto, fue horrible cuando me explicaste que Jean Paul le dijo a Simone que el amor entre ambos era “necesario”, pero que no podían renunciar a amores “Contingentes”. O sea Nic, nada de libertades existenciales para nuestra relación…¡SUPER PROHIBIDO!
Ya lo sabes. Cuidadito con alguna filósofa cuatro ojos que quiera pasarse de intensa contigo, o una gótica mosquita muerta que venga a preguntarte qué opinas de Acorazado Potemkin…Mira que la federación de cuaimas del gym respondemos heavy ante cualquier movimiento suspicaz.
Y si me las tengo que llevar a todas al Ateneo, ME LAS LLEVO.
Ya lo imagino: “Niñitas, al ataque. Objetivo: Interceptar a la desarreglada licras fucsia, a la librería. Licras Salmón, inspección a la Anna Julia Rojas… No, no es una persona, muchachas, es el nombre”.
En fin,¿para qué pensar en estas cosas?
Mejor vamos a lo bonito. Te debo muchas gracias:
- Gracias, ante todo, por comprender que también se le puede otorgar sentido a la vida haciendo steps.
- Por tonificar mi espíritu.
- Por adelgazar mis preocupaciones.
- Por hacer que todas mis cosas favoritas de la vida rimen: Nicasio, Gimnasio y Centro San Ignacio.
- Por estirarme hacía otros mundos.
- Por hacerme entrar en el espejo, y descubrir cosas fantásticas.
- Por considerarme, como una vez leí en tu libreta de apuntes:”una cotufa elevada al infinito, incesante, profunda, como una muñequita china”
- Por ser redondo y grandote como la tierra. (Por eso estas tan cerca de las estrellas).
Tú me dices que tengo como talento para la cultura. A lo mejor me ves un día leyendo alguna cosa escrita por mí, en el Trasnocho. Y tú en el público, esférico y radiante como el sol, viendo como esa señorita que lidera todos los concursos de bailoterapia, también habla del amor y de la existencia. Contigo como permiso. Contigo como excusa.
Bueno, Capitán Planeta, nunca me despegues de tu órbita. Porque sé que nos vamos a comer el mundo juntos...
Dariela Sosa
Publicado el 10/02/2007
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Estudiante de Comunicación Social en la Católica, de sólo 21 años. Es Coordinadora del proyecto “Periodistas Juveniles” con jóvenes de colegios de cuarto y quinto año. La encanta bailar salsa, tomar fotos, hablar con desconocidos, ver las estrellas y comer sabroso.