Rafael González. Reflexiones de un miembro del comité de lectura


Rafael González
Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas
Lector en el Concurso Cartas de amor

Estoy muy contento por haber participado por segunda vez como lector en el «Concurso de Cartas de Amor» agradezco al ICREA por el respaldo, a Carmen Verde por haberme incluido en tan interesante grupo de trabajo, a mis compañeros de grupo Luis (Bond) Álvarez  y Lilian Cartaya.  Me agrada mucho formar parte de una iniciativa original y prestigiosa, donde puedo ayudar a que lo amoroso tenga una voz.

Las cartas que personalmente elegí, que recibí a través de un procedimiento aleatorio, fueron aquellas que a mi juicio destacan sobre las demás. No hay una norma exacta de explicar que hace que una carta resalte sobre otra, en principio debe tener capacidad de conmover a quien la lee. Para mí también es importante originalidad del tema o el enfoque que le da al mismo. Finalmente, son llamativas para mí, aquellas cartas que logran revelar una verdad o sabiduría surgida de esa vivencia.

Además del trabajo individual, la selección de cada uno de los lectores se fortalecía con el trabajo en equipo. Logramos encontrar consenso y una dinámica de trabajo muy amable. En ese intercambio pudimos contrastar puntos de vista. Como equipo nos enfocamos en encontrar aquellas cartas que puedan tener un mayor impacto en la Audiencia en la que serían finalmente leídas.

Quisiera comentar brevemente las cartas que elegí con ayuda de mis compañeros y la Coordinación de Carmen Verde:

Me lo dijiste a quemarropa: Es una carta de amor escrita con mucho humor, desde una perspectiva femenina, con mucha chispa  y creemos que al leerla en público va a ser muy impactante.

Te convoco: Es una carta poética, bien escrita, con emisor y receptor muy claro.  Tiene mucho ritmo y su lenguaje se diferencia del resto de las demás cartas.

Mi puerto, mi roca, mi Isla, eres tú: Mas allá de lo que cuenta, lo que la carta describe es un estado de ánimo.  Tiene un estilo propio y marcado. Es interesante como el emisor se va desdoblando a medida que la carta avanza.  Va dirigida a un receptor que es la Isla de Margarita, y cómo la isla hace que se encuentre todo el paisaje interno de quien escribe.  Todos llevamos una isla por dentro, a ti va dirigida esta carta.

Vuelo transoceánico: Esta carta conmueve porque tiene un diálogo de dos personas, ambos de distintos continentes.  El emisor se reconcilia con el dolor causado por la pérdida de su madre.  Madrid y España, en un emisor y un receptor que se aman desde la distancia a través de la metáfora del amanecer en un vuelo transoceánico que los une.

Mándala de vida: Es un tributo al paso del tiempo, a la vida, a la infancia, a la familia.  Es valorar el espacio donde creces.  Es una carta original en cuanto a su temática, con imágenes afectivas, partiendo de la imagen de la casa, como lugar de recuerdos y contenedora de una vida.  La casa, el cuerpo, el alma y los ciclos en la vida.  Hay una relación simbiótica entre el emisor y el receptor que es la casa.

Léela por favor: Quien escribe esta carta logra condensar en pocas lineas sentimientos contradictorios, de la rabia pasa a la falsa compasión.  Con un tono irónico dialoga con un humor fino,  y expresa las ambivalencias de nuestras emociones diarias.

Papel Temblando: Esta carta es seleccionada por su diversidad.  Tomar en cuenta el impacto que puede tener en el público una declaración amorosa de una mujer a otra mujer.

¿Por qué escribí esta carta?  Carta muy original, escrita de setenta preguntas. Carta llena de detalles humorísticos que va a funcionar muy bien en público.


Publicado el 03/04/2013
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