A vos:
Yo te escribo en secreto verdades que molestan, sutiles y engorrosas. No caben en la almohada o calladas, en la boca. Si cuando en el insomnio de noche sin murallas me miran a los ojos, escondo la guadaña, doy vuelta y me desplomo. Te susurro en mil notas verdades que no ofenden, lastiman o acobardan. Se sienten como bombas de estruendo en la garganta y afilan sus certeros estiletes de engaño. Me enchironan por santa, me deifican por furcia, se fugan vitoreando por sellarme los labios con besos desaguados por su lóbrego lacre. Hoy te canto en mis cuerdas verdades que se incendian con el hielo de tu alma, la médula se funde y mi esencia se amarga. Te convoco de amores y reclamo tu augurio… Despójame de duda, suspicacia o recelo, que someto a tu eterno poder mi deseo: me consagro a tus manos, me rindo a tus misterios, y encadeno mis alas a la piel de tu cuerpo. Verdades que no fingen. Mentiras que prometen. Cómo rasgar el silencio, si ya muero de miedo…
Fernanda